Bandersnatch: análisis crítico y decisiones

El pasado es inalterable, por muy doloroso que sea no podemos cambiar
las cosas, no podemos cambiar decisiones a posteriori, tenemos que
aprender a aceptarlo.

A veces cuando menos nos lo esperamos aparece algo tan inesperado que no creo que fuera casualidad. Algo que nos gusta tanto pero que no deberíamos de seguir viendo, pero que a pesar de ello lo hacemos y nuestra ética cae por los suelos.

Bandersnatch es quizás una película que a quien nos gusta, nos da donde nos duele porque son todas nuestras debilidades unidas (lineas temporales, paranoia,los personajes, juegos…), todo el entorno y porque sobre todo porque a pesar de que piensas que va a ser lo de siempre, nos comprende y que nos sentimos tan identificadas que nos asusta. Quizás que más que el contexto sea el contenido.

Voy a obviar todo el tema interactivo y la inmersión obligada y manipulada que hace la plataforma Netflix,bueno realmente no lo estoy obviando, seguirá llegando esa lucha. El tema interactivo no es ninguna novedad, pero claro hay que saber llegar a tu público objetivo y decir que reinventar la rueda está bien. Lo siento, tengo una ligera duda si sigue habiendo un porcentaje que hace que de nosotras salga esta demanda de consumo de entretenimiento o la «predicción» de terceros ya es porcentaje suficiente.

En Bandersnatch parece como si las primeras opciones fueran inocuas, pero luego ya se trata de tratar bien o mal a un Spectrum, a tus seres cercanos o en el fondo a ti mismo, y es que somos dueños de nuestras decisiones.

Numerosos Easter Eggs rodean la trama (incluido el marketing tan inmersivo que funciona) y es importante ver lo que rodea a cada personaje desde su presentación porque ya te cuenta su posible opción. Hacer interactiva la imagen y tan personalizada (obvio a nivel de imagen hay cortes y alguna laguna a pulir), el sonido,los claroscuros… pues esas cosas para ponernos en contexto.

Es innegable decir que hay un trabajo argumental con la película tanto de la puesta de esos finales inesperados y hacernos creer que somos quien dominamos la situación, como que dar igual la carga ética de tus decisiones, sospechamos claramente que la aleatoriedad y todo aquello previsible y decisorio están unidos a distintas dosis para poder sacar conclusiones hasta de lo más fortuito e insospechable (como les molan que hablemos de ellos).

Me postulo en base a dos principios, por una parte los medios o plataformas no pueden obviar nuestras ganas de reinventar la rueda pero, por otra parte aluden a la individualidad para darnos lo que nos interesa (o potencialmente nos puede interesar) y no llevar esto a la referencia de más perspectivas, osea a nosotres.

No hablaré nada de las alternativas porque la he visto descargada y sin ser interactiva pero diré que muchas de las opciones son de las que hemos añorado y muy ancladas a todas esas opciones de los ochenta cuyas salidas eran sintonizadas y ya más familiares para nosotras que rebuscadas y que nos ensimismamos recordandonos a pelis ochenteras y noventeras tal como la de Juego Mortal por ejemplo.

He de decir que he disfrutado con la película, con todos sus misterios que como he dicho antes ya resonaban familiares entre la analogía interactiva de los ochenta y la inquietud perturbadora a la que nos tiene acostumbradas Black Mirror aunque algunas escenas me recordarán a influencia de Alicia, Donnie Darko o mismo a los capítulos de Black Mirror enlazados en distintas realidades…Vamos que nadie crea cosas de la nada por mucha meritocracia individualista que te han hecho tragar desde tu tierna infancia.

Que las decisiones alternativas se disfrutan en un entorno estéril donde poco puede importar lo que vaya a pasar porque aunque empatices con el personaje es un entretenimiento que ya sabes que no es real. Pero te hacen entender que en la realidad a veces hace falta esa esterilidad emocional que tanto has acusado porque es necesario gestar las emociones de tal manera que las decisiones de ficción no son más que ficción, pero las reales ya son otro cantar.

Frente a lo que hago un punto de crítica de todo lo que veo desde perspectiva de género sigue faltando personajes de las fuertes,(menos quizás en un caso y creo que más por el streaming de la moda que por otra cosa). Que sí SpectrumGirl que tienes que contextualizar que si los ochenta pero que da igual lo que digáis vamos que da rabia que todo lo que me guste no tenga un referente,cansa y cansa mucho y provoca que no nos podamos identificar entre nosotras porque son gustos que tenemos muy acallados.

Luego que creo que ya es más atemporal seguramente de forma intencionada es que los personajes y el trabajo del desarrollo de juegos es algo que está en auge y el trabajo interno y las expectativas,los resultados. Es algo que fácilmente empatizas y que molaría que sin ser las plataformas «del mal» tuviéramos esas ideas, ideas interactivas porque si que creo que tenemos desde aquí contexto para generar esos contenidos, solamente es un poco de ganas, y que realmente estos contenidos los filtremos de tal manera que podamos soñar con construir algo, es más lo que nos puede son las expectativas, el generar resultados, porque es lo que se nos impone.

Creo que todo en la vida es aprendizaje y que el máximo miedo son que no sabemos si queremos asumir las consecuencias, tratamos de evitar los conflictos que al final provoca que son los conflictos los que vienen a ti. Así que en la película puedes acabar donde menos te esperas. Muchas de las decisiones las intuyes porque te has visto rodeada de tus «elige tu propia aventura» y porque sabes que si no te gustaba el final podías volver y cambiarlo porque lo que nos dicen es que en el fondo no eres tú quien lo cambias aunque te creas dueña de tu libre albedrío y que tampoco las decisiones son totalmente cerradas porque van unidas al tiempo y a un espacio concreto.Ciertamente hay partes inevitables de las primeras decisiones en la vida que no pueden provocar la vuelta atrás, porque jugamos con el tiempo que siempre añoramos que sea nuestra máxima a la hora de un final como el que deberíamos querer.