La muerte anunciada del desarrollo rancio de software

Michael o Miguelito trabaja en una consultora cárnica externalizada cuyo único fin era facturar horas en un software de mierda acumulando líneas de código para contabilizar la productividad.

A lo largo de los años la figura de los desarrolladores ha sido la de una sala con el código cargado, sacando funcionalidad a la fuerza, a costa de varias cosas:

  • Funciones más largas que un día sin pan, bucles ejecutándose en memoria e hiperanidaciones.
  • Si funciona pa que tocar eso de actualizar para la siguiente generación pokémon
  • Namings (o nombres de variables, métodos,clases…) de mierder y con mejunjes entre notación húngara y nosecómollamaraestonovoyaperdereltiempo.
  • Estructuras de directorios infumables, ingeniería de software de mi hojaldre y, como mucho, un MVC mal parío.
  • Acoplamiento de código a full Manchú.
  • Testeo de código de «si me da tiempo y me lo sé» y arrodillarse a los responsables de turno para poder pedir más tiempo a cambio de mejor quality.

Todo esto con un problema muy grande lo que potenciaba desde los trabajos:

Empresa líder en su sector (qué novedad) busca joven héroe (puto friki sinvi) con conocimientos en –INSERTE 40 TECNOLOGIAS RANDOM– con inglés, alemán y francés, con conocimientos profundos en el framework que se creó ayer, con capacidad de comunicación comercial y un arrastre de cualicosas que desde recursos humanos sudan para escribir.

 

Y así nos tragamos durante muchos años que el desarrollo de software era eso, sin más. Tirar a funcionalidad lo más rápido posible (que era una mierda porque te explotaba a la cara) y justificar que era excesivo nunca, que eso era de cobardes.

Miguelito y cía
Miguelito y su amigo en una charleta con pizza, el momento del descanso real después de horas tropezando con la misma piedra en un código infame pero no tanto como los humos que vendió el comercial en el que teclearía hasta el fin de sus días.

 

Pero la historia no ha acabado, Miguelito con su camisa con el lamparón de café y sus gafas empañadas por la avería del aire acondicionado no pudo ver más allá. Sus nuevos compañeros, muchachos altos y fornidos que iban al gimnasio con sus moños y camisas de leñador inundaron la oficina. Ahora era ser héroe y guapo joder. Hay que ser mejor y ocupar mi lugar en mi espacio de siempre. Ahora eramos la diversidad del nuevo siglo (algo tarde como siempre). Pero para programar se añadían más patrones, se rezaba a Robert C. Martin pero siempre siendo LO MEJOR DE LO MEJOR, SEÑOR!!!!!!!

Ahora se programaba, se revisaba, se reportaban y se refactorizaba y nos poníamos a medir con regla nuestros tamaños (de código joder). Y nos tragamos que programar era eso, sin más. Ahora ser friki molaba y cobraba más. Aparte todo lo que cobrabas se iba en arreglar la barba y comprarle aceite y tener un mac de última generación (porque es UNIX, os lo juro no me miréis así).

La historia de la humanidad podía quedar ahí, como ha quedado siempre. La historia del hombre. Vivieron felices y comieron ¿pizza?.

No joder no, que no te enteras, que era lo de antes más ser un superhéroe de cómic con los músculos incluidos mientras programas 16 horas seguidas y no tienes tiempo de ser perfecto, Miguelito te la volvieron a colar, pero es lo que me enseñaron de toda la vida.

Al día siguiente echaron a cuatro hipsteres de esos y trajeron a unas chiquillas de un proyecto para nosequé de iguardá pues nada, Miguelito trabajaría más y les dejaría el trabajo de reporting mierder y camelar a los comerciales a ellas.

FIN

Perdón, no os conté el final, Miguelito lo encontraron en casa muerto de un infarto por exceso de horas, con una casa rodeada de mierda porque Miguelito tenía que ser un pro en **INSERTE 40 TECNOLOGíAS RANDOM**, pero para limpiar y esas cosas desde que no venía su madre a limpiar como que pasaba.

Miguelito murió con la idea de que no había más que eso, que su vida era una masculinidad que la sociedad consideraba débil y la tenía que hacer fuerte y tóxica compensando su poco atractivo a base de curtirse a hostias con el código porque era lo que había. Miguelito no escuchaba como sus compañeras se reunían para hacer un código habitable, eso a el le resonaba a sentimientos y chicle de fresa y eso era algo que naturalmente no quería permitir. Él bastante tenía con sacar para ayer las cosas y seguir en su línea de líder dentro de una empresa líder en su sector.

¿Era culpa de Miguel el sistema de mierda? No, el era un superviviente más PERO…¿Hacía Miguelito algo para cambiarlo? PUES TAMPOCO

Os contaré una historia paralela y más optimista, Miguelito no murió. Murió la ranciedad que habitaba en su interior, él fue capaz como sus compañeros CIS de poder asumir que ser un pro en hablarle a una máquina no podía ir en contra de sí mismos. Pero lamento comunicar que Miguelito no llevaba las riendas de la autoproclamada muerte al desarrollo rancio de software y os cuento el por qué:

  • Ocupaba todo el espacio de forma asertiva, se sentía cómodo en las tecnologías y dejaba su mesa de la oficina llena de mierda.
  • Cobraba por encima de la media y se sentía orgulloso de pedir fácilmente una subida de sueldo mientras se permitía una cabezadita después de una review.
  • Tenía tres pantallas 4K un i9 de última generación y una silla gaming porque se podía permitir gastar el dinero (y el mac no nos olvidemos del mac con su licencia del IDE más molón del mercado que te hace el refactor solo mientras tomaba un café, que eso lo aprendió de sus amijos hipsters).
  • No hacía una mierda en casa ni tenía responsabilidades de ningún tipo más que de sí mismo.
  • Era senior por naturaleza ni nunca tuvo impedimentos de seguir así.
  • Si no sabía algo de tecnología se lo aprendía mientras cagaba porque el lo tenía que saber TODO TODO y TODO.
  • Hizo código de mierda sin documentar porque así era él el indispensable, todo para él y le salía con una naturalidad innata (aunque tú y yo sabemos que eso le explotaba en la cara).
  • Se le escuchaba perfectamente en las reuniones y sus ideas eran aceptadas por la comunidad, no tenía ni que alzar la voz ni poner las aguas ni los cafés.
  • Era claramente el desarrollador, nadie se lo confundió con recepción, limpiador, comercial ni parecido, ni tampoco (se) lo tenía que confirmar.
  • Y la más importante, no rompió con la mierda de sistema que rodea a los desarrolladores solo por mantener su masculinidad tóxica aunque fuese por encima suya, ni dejó rotar los roles porque tenía sesgos en su cabeza.

 

 

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6 Comentarios

  1. Con ese estilo de escritura se nota quien anda tras el post :). Pero no creo que sea lo relevante del asunto.

    Las empresas tradicionales de desarrollo se crean de base con la necesidad imperiosa de obtener beneficio. Las personas damos vida a ese engranaje pero a la máquina que estamos moviendo nuestra vida le importa poco.

    En la economía social se ven formas de trabajo que parten de querer ayudar a solucionar problemas y vivir haciendo ese trabajo.
    Poniendo la vida en el centro, con un objetivo digamos no meramente económico a cualquier precio.

    El software se puede crear de muchas formas y existen modelos de negocio que hacen que no sea necesario estar todo el rato «demostrando que se trabaja».

    Modelos que no penden tanto de terminar a tiempo (o de terminar ya que se plantea como algo mejorable, imperfecto, a ir puliendo con el tiempo continuamente), de medir las líneas de código para analizar la complejidad, …o de tener que medir todo (número de tickets resueltos, commits, líneas de código, cumplir KPI, …).

    Esas ideas anticuadas, pasadas de moda, rancias … están basadas en como ha funcionado el mundo y sigue funcionando aún.
    Creo que para que podamos vivir esas formas han de morir.

    Si este tipo de metodologías de trabajo se basan constantemente en medirlo todo quizás tendrían que medir más cosas. Por ejemplo el nivel de machismo y tontería entre los/las/les empleados/as/es.

    Medir por ejemplo también la masculinidad toxica, el nivel de tolerancia a no tomarse las cosas como algo personal, los niveles de admitir el fallo como algo humano.
    Dejar a otras personas trabajar, delegar responsabilidades, ser más humildes, … bla bla bla.

    No ver a compañeros/as/es como competidores, ver más allá del mundo empresarial, no tratar con condescendencia absurda a la gente y esas cosas modernas.

    En fin. Disculpen el rollo pero me he emocionado escribiendo :O

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